Expertos advierten que las nuevas obligaciones laborales en México presionan al sector patronal, si bien son “buenas medidas” para los trabajadores
Los aumentos en los salarios, a las pensiones y en los días de vacaciones presionan a las empresas mexicanas y aumentan el riesgo de más inflación e informalidad en México, consideraron expertos en la materia consultados por EFE.
En entrevista, el director para México de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Pedro Furtado, consideró que estas nuevas obligaciones presionan al sector patronal mexicano.
Sin embargo, calificó las propuestas como “buenas medidas” para los trabajadores que se desempeñan en el sector formal de la economía mexicana.
“Hay que decir que sí presiona al sector patronal. Todas estas medidas, que son buenas para el trabajador, a lo mejor impactan en el bolsillo del capital de una empresa”, comentó.
Asimismo, destacó que las condiciones laborales para las empresas que se establecen en México cuentan con una sábana o base legal que permite incentivar empleos en mejores condiciones.
MIPYMES serían las más presionadas
Frutado señaló que las más afectadas podrían ser las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), las cuales pueden no tener tanto capital para enfrentar las presiones por la entrada en vigor de la reforma al sistema de pensiones en México de 2021, así como del incremento al salario mínimo y el aumento a 12 días de vacaciones.
“No son las grandes empresas, sino las mipymes las que sufren con el tema de cómo va a ser de repente proveer 12 días de vacaciones”, explicó.
Por su parte, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), José Antonio Centeno, coincidió en una reunión con medios en que estos tres factores podrían ocasionar el cierre de las mipymes.
Ello pese a que estas compañías representan más del 99 por ciento del total de empresas en México y quienes contratan a poco más de una tercera parte de la población empleada en el sector formal de la economía mexicana, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Presiones inflacionarias e informalidad
Centeno también consideró que estos cambios laborales podrían impactar en la inflación y en más informalidad.
“Puede generar un efecto inflacionario, un efecto de cierre de empresas y puede generar mayor informalidad”, sostuvo.
Héctor Márquez, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH), coincidió en que existe el riesgo de mayores presiones para los empresarios mexicanos.
“Definitivamente, existe el riesgo, de manera que hay que cuidar que esas cosas no ocurran, vigilando, por un lado, que no haya tanta flexibilidad de que se vayan a otros caminos (informalidad)”, expresó.
Márquez añadió que hay empresas que pudieran estar “pasando una situación difícil y que podrían verse tentadas” a optar por otros modelos de contratación en los que se pueda carecer de mejores condiciones laborales e incluso de seguridad social.
“Estas tres situaciones se conjugan: los salarios mínimos, las pensiones y las vacaciones, pues sí van haciendo que tener un empleado sea un poquito más pesado para las empresas”, detalló.
Explicó que actualmente los costos para las empresas mexicanas por tener un trabajador es del 30 por ciento, por lo que dijo, “si le pagas 100 pesos, realmente necesitas 130 pesos para tenerlo como un empleado directo”.
También consideró que se tienen que revalorar estos parámetros con estos incrementos.
Oportunidad manejable
El presidente de la AMECH señaló que los beneficios son buenos para el trabajador y que en un contexto de alta inflación podría reducirse el impacto con un aumento de precios no significativo.
“Al final el patrón cubre (los aumentos), pero tiene que vender más caros sus productos, servicios. Y sí es un empujoncito, desde cierto punto de vista, pero ya entrados en toda esta inflación es factible”, compartió.
En este sentido, también descartó que se provoque una crisis en el modelo laboral mexicano por estas tres nuevas disposiciones laborales para 2023.
“No es algo que sea para que vaya a disparar la inflación, que haya un riesgo de crisis. Eso sí está descartado definitivamente, pero sí, de repente, no queremos que se eleven los costos, aunque es manejable”, concluyó.