El ciclo escolar 2022 – 2023 ya empezó, pero aún es momento para enderezar el rumbo.
Regresar a la “normalidad” entendida por los políticos como simple asistencia, puede ser contrario a los derechos de millones de estudiantes.

Ciudad de México a 6 de septiembre de 2022.- Frente a la crisis educativa que viven niñas, niños, jóvenes y sus docentes en este inicio de ciclo escolar, Mexicanos Primero hizo un llamado ayer a la Secretaría de Educación Pública a generar estrategias pertinentes para resolver el rezago en aprendizaje, temas socioemocionales, infraestructura y salud en las escuelas, y a las y los diputados federales a discutir y aprobar una inversión sustantiva que ayude a atender dichas necesidades.

En conferencia de prensa, Fernando Ruiz, director de investigación en la organización, afirmó que la educación enfrenta una crisis educativa pocas veces vista en la historia reciente, y la enfrenta con un gobierno que no quiere reconocerla.

El regreso, dijo, se da en medio de incertidumbre, problemas de infraestructura, rezago en el aprendizaje, falta de vacunas, sin protocolos e insumos para la seguridad en los planteles escolares y problemas socioemocionales que deben ser atendidos a la brevedad. Por ello, urgió dar el primer paso con un presupuesto educativo para 2023 que responda a las necesidades reales de las y los estudiantes.

“No todas las escuelas iniciaron en las condiciones esperadas…Y tampoco regresaron todos los niños. En el último reporte del ciclo anterior, más un millón de estudiantes no asistieron a las escuelas y, de acuerdo con nuestra investigación de Equidad y Regreso, 23% de las personas que continuaron a distancia lo hicieron porque la escuela estaba cerrada.

En estos momentos, en una misma aula conviven estudiantes con experiencias escolares desiguales y sin una estrategia clara, enérgica y sólida para atenderlos…En las escuelas que pudieron reiniciar actividades están buscando cómo recuperar los aprendizajes perdidos. Identificamos que el 62% de los niños de 10 a 15 años no pudieron resolver un texto de 4to de primaria y 88% no pudieron resolver un problema matemático de tercero. Por aquí y por allá, los maestros relatan las diferentes caras del problema, niñas y niños de sexto grado que no saben multiplicar dos dígitos o realizar divisiones, jóvenes de tercero de secundaria que no pueden leer fluidamente o escribir un texto”, agregó.

A esto se suma, dijo, que el Presupuesto de 2021 y 2022 descuidó la seguridad sanitaria en las escuelas. “Estimamos que las familias han tenido que pagar por lo menos 3,000 millones de pesos trimestralmente por la compra de insumos de limpieza y sanidad…La desconfianza en las medidas escolares y la falta de vacunación, entre otras razones, dificultaron la presencialidad en las escuelas. Se estima que alrededor de 8,6 millones de niños de 5 a 11 años todavía se encuentran sin una sola dosis”.

Y otro problema no menos importante, explicó, es el socioemocional, Ruiz mencionó que una investigación de la Universidad Iberoamericana, basada en 185 mil cuestionarios, identificó entre los maestros síntomas de estrés, ansiedad y depresión, mientras que Mexicanos Primero estima que 1 de cada 10 estudiantes presentaron indicios de depresión.

Por todo ello, explicó es necesario gastar más y mejor en los programas que ya se han probado en materia de formación docente, acompañamiento para la recuperación de aprendizajes, horario extendido y alimentación, atención socioemocional e implementación curricular.

Laura Ramírez, directora de activación de agentes en la organización exigió a la autoridad educativa centrarse en las NNJ que en este momento están en las aulas, y en todas y todos aquellos quienes quedaron alejados de la escuela, de las discusiones políticas y económicas y de los intereses de quienes están en el poder.

Y exhortó a las y los diputados federales a no jugar un papel de subordinados del Ejecutivo durante la discusión del presupuesto 2023, sino de defensores de los derechos de NNJ en la votación de partidas presupuestales.

“Ustedes tienen un papel crucial en el tema educativo, pues ninguna política pública existe realmente sin presupuesto adecuado. La disminución de la inversión en programas clave de los últimos años es un atentado contra los derechos de NNJ. Atender los problemas que hemos mencionado no puede recaer en las y los docentes, ni en los equipos directivos, ni mucho menos en las familias que han tenido que afrontar presiones económicas importantes ya por varios semestres. La solución de esos problemas debe venir del Estado, y ustedes también son responsables de que el sistema educativo pueda garantizar que las NNJ estén, aprendan y participen en la escuela”, aseveró.

Por ello, dijo, la exigencia concreta está en cinco puntos:

1. Generar estrategias pertinentes para la recuperación de los aprendizajes con la implementación de un diagnóstico continuado que permita conocer la realidad de cada estudiante, el acompañamiento y la formación docente.

2. Reafirmar la comprensión de lectura y las habilidades matemáticas aplicadas a la resolución de problemas.

3. Además de sistemas de alerta temprana para evitar el abandono escolar, que el sistema educativo pueda coordinarse con otras instancias públicas como Bienestar y SIPINNA para ir por aquellos que ya no asisten a la escuela.

4. Programas de educación socioemocional y de convivencia escolar, planteados como una prioridad tanto en la práctica de cada comunidad como en el presupuesto, para que las y los maestros cuenten con formación y acompañamiento para atender casos leves y contar con el apoyo de un mayor número de psicólogos educativos en el sistema.

5. Inversión sustantiva en infraestructura y para contar con los recursos y la coordinación logística para que las y los estudiantes cuenten con cubrebocas y las escuelas con el material necesario para garantizar la bioseguridad, incluyendo la vacunación de NNJ.

Las NNJ, aseveró Ramírez, no deben ni merecen esperar más. Las desigualdades hoy están más marcadas que al inicio de la pandemia y que al inicio del sexenio; el riesgo de abandono, lejos de disminuir, va aumentando cada ciclo escolar; el rezago de aprendizaje no mejora, ni siquiera lentamente, al contrario, se ha agravado. La salud emocional de NNJ -que hasta hace poco no se consideraba un problema- hoy muestra su impacto en el aprendizaje y desafortunadamente, después de la pandemia, no hay un panorama alentador.

“No es su culpa secretaria, pero a partir del 1o de septiembre sí es su responsabilidad”, dijo a la nueva secretaria de educación Leticia Ramírez.