No debería estar aquí, debería estar en casa cuidando a mis nietos, pero desafortunadamente aquí estoy. No queremos más premios, queremos que no haya más mujeres rasgando la tierra buscando a sus hijos.
Con estas poderosas palabras, frente al Secretario de Gobierno del Estado de Sinaloa Enrique Inzunza Cázarez, quien asistió en representación del Gobernador Rubén Rocha Moya, del Magistrado Presidente de supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa Ricardo López Chávez, y de los integrantes de la LXIV Legislatura del Congreso del Estado, la activista Mirna Medina Quiñonez recibió el premio “Medalla de Honor Dra. Norma Corona Sapién” por su labor como integrante del grupo de búsqueda de personas desaparecidas Las Rastreadoras del El Fuerte.
Esta distinción, la otorga el Poder Legislativo anualmente a las mujeres que por mérito se distingan o hayan distinguido por contribuir con sus acciones, virtudes, amplia trayectoria y participación en la defensa por los derechos humanos, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. En esta ocasión, La LXIV Legislatura decidió reconocer la labor de Mirna Medina Quiñónez, quien desde la desaparición de su hijo el 14 de julio en 2014, se convirtió en gestora ante instituciones con la intención de encontrarlo, y también de ayudar a las más de 200 mujeres que la acompañan en el grupo Las Rastreadoras de El Fuerte, a encontrar a sus familiares.
“Me han felicitado por este premio, pero yo no debería estar aquí, yo debería estar con mis nietas y esperando en casa a mi esposo y a mis hijos. Pero desafortunadamente me tocó estar aquí y estoy enfrentando esto con mucha dignidad, con mucho amor; porque soy una buscadora de tesoros, de paz y de esperanza para muchas familias”, reflexionó Mirna Medina al inicio de su participación.
Manifestó que el Grupo de las Rastreadoras del fuerte se dedica buscar a sus hijos y a sus esposos, y agradeció a todas sus integrantes reivindicando que el reconocimiento es de todas.
“Este premio es de todas ustedes, hermanas rastreadoras, yo sé que me están viendo y tienen el mismo sentimiento encontrado, porque no deberían de haber personas desaparecidas, no deberían existir las rastreadoras, pero aquí estamos”, expresó Mirna Medina.
“Es muy importante el perdón, yo ya he perdonado a las personas que se llevaron a mi hijo, me he perdonado a mí también porque a veces la culpa no nos deja vivir. Yo pensaba que si yo hubiera estado cerca de él, a lo mejor no se lo hubieran llevado y esa culpa no me dejaba. Y por eso aquí sigo, luchando por los derechos de las mujeres, de los jóvenes, las muchachas desaparecidas y creo que el reconocimiento es para todas”, añadió.
Con mucha dignidad, Mirna Medina habló la labor de las rastreadoras con un poderoso relato cargado de dolor pero también de esperanza.
“Lo que las rastreadoras hacemos es algo muy digno, alguien por ahí ha dicho que apestamos, a ellos quiero decirles que cuando nosotras vamos a una fosa, ponemos la varilla en la tierra y la sacamos con ese olor que para muchos puede ser repugnante, para nosotras es el olor de la esperanza de que alguien pueda regresar a cosa”
“Vivimos buscando a nuestros tesoros bajo la tierra, cuando yo iba a las fosas clandestinas, yo le pedía a dios que en esa fosa estuviera mi hijo, rezaba y lloraba por eso. Pero cuando sacábamos los cuerpos y veía que no era Roberto, decía: gracias dios mío, porque si no está aquí, todavía tengo la esperanza de que esté vivo, todavía puede regresar, puede tocarme la puerta y decirme mamá aquí estoy, he regresado” añadió en el silente recinto legislativo.
El 14 de julio de 2017 Mirna encontró los restos de su hijo, pero el hecho de saber que nunca regresaría a su casa no la hizo renunciar a la búsqueda. Su amor de madre, de hermana, se había extendido ya y abrazaba al resto de los desaparecidos, porque la tragedia los había hermanado y ahora ella madre de todos, y hermana de todas las rastreadoras.
Relató que como grupo en algún momento pidieron el apoyo de terapeutas al Gobierno del Estado, sin embargo fueron las mismas rastreadoras quienes le dijeron que no era necesario, pues saben que la mejor terapia que pueden tener es estar juntas y salir a buscar sus tesoros desaparecidos.
“Nosotras salimos a búsqueda los miércoles y los domingos, y una de las madres me contó que los días que no sale a buscarlo, siente que su hijo le reclama y le dice: ¿Porque no viniste?, aquí estoy, te estoy esperando”, soltó estremeciendo a los presentes.
La activista reconoció la labor de Oscar Loza Ochoa quién además de acompañarlas les contó quién fue y que hizo en vida la Dra. Norma Corona, y aseguró que ahora hay muchas mujeres que luchan día y día y defienden los mismos ideales, porque saben lo que se requiere para lograr un mejor país, una mejor sociedad.
“Yo estoy orgullosa de México amo a mi país, amo mi color. Pero me duele, hay más 100 mil personas desaparecidas en México, hay más de 100 mil familias destruidas en México, con madres que cargan económica y emocionalmente con sus familias”, expuso.
Para concluir, pidió ayuda a las personas de buen corazón y que estén dispuestas a unirse al movimiento, que lo hagan. Especialistas de la salud psicológica, atención médica, antropólogos expertos que les ayuden en la búsqueda, abogados que las apoyen en los asuntos legales de los desaparecidos.
“Ocupamos de ustedes, no ocupamos dinero, siempre he dicho que el dinero descompone a las personas. Yo les pido a ustedes diputados, al Gobierno del Estado, a las Universidades, a la sociedad les pido que nos ayuden; les ruego que nos ayuden, que se unan a nosotras porque la inseguridad no respeta nivel de educación ni clases sociales. Nos puede tocar a cualquiera”, expresó.
Con la voz entrecortada por las lágrimas, pero de alguna forma serena, firme y con las palabras justas, Mirna Medina finalizó su mensaje.
“Buscamos a nuestros tesoros, pero también buscamos paz. Buscamos que nuestro país y nuestro estado tengan una estabilidad, que podamos salir a la calle con seguridad y creo que podemos lograrlo. Por ello les pido que nos apoyen, y les agradezco este premio, pero cada vez que nos dan un premio o un reconocimiento a mí me duele, porque no es algo que yo quiera. Tenemos que parar esto, ya no debe haber personas desaparecidas, ya no debe haber mujeres rascando la tierra buscando a sus hijos; en nombre de mis hermanas las Rastreadoras del Fuerte, y de todas las mujeres en México que buscan a sus hijos; les digo gracias, pero ya no queremos premios, queremos que esto pare para siempre”, concluyó entre aplausos la activista.