El Presidencialismo puede ser entendido como aquel ejercicio del poder político, que caracterizó al sistema político mexicano en la era del sistema de partido hegemónico. Este concepto, se especializa en la razón de que el Poder Ejecutivo es unitario.
El poder que administra el país está depositado en un presidente de la república que es, al mismo tiempo, jefe de Estado y jefe de gobierno. El gobernante es electo por el pueblo y no por el Poder Legislativo, lo cual le da independencia frente a éste.
En colación a lo anterior y lo que ha pasado últimamente, entre el gobierno federal y el órgano electoral que administra las elecciones en nuestro país, a raíz de las diferentes consultas ciudadanas que han generado discrepancias, hoy día, se pone en boga, recordar los proyectos de la trasformación de México que tanto nos presumen.
Pensar en una reforma jurídica y política, en consideración del periodo que mandata la constitución de seis años a un nuevo de cuatro, unificando el periodo con todos los órganos de gobierno de los tres niveles, es una tarea de alta envergadura, pero sería un avance de total índole.
Cunado en nuestro estado de Sinaloa, a raíz de reformas constitucionales en el ámbito electoral, se unificaba, el cambio de los procesos electivos, y de ir al mismo tiempo tanto en elecciones federales como estatales y además la suma de la figura de la reelección con excepción del gobernador y el presidente de la república, fue de asombro y mejora.
Puesto que dejamos de tener elecciones cada año y medio y lo que se buscaba, parte de tener elecciones concurrentes es que no se distrajeran y se pusieran a trabajar que es en realidad para lo que fueron elegidos, pero lo que se ha vistoes la misma ambición que en el pasado, los que ya están en los espacios de elección popular, desde el inicio ya están pensando en la continuidad.
Hay varias iniciativas con referencia en el cambio de periodos uniformes constitucionales, pero lo que se decía de anteriores legislaturas, también ahora con la mayoría del partido morena, la congeladora de iniciativas existe y en ella está situada ese cumulo de proyectos de reformas, y puesto con ello leemos entre líneas que este partido que hoy gobierna la mayoría del país, en lo que concierne a la parte de democracia, mejora continua y participación ciudadana no está en su agenda legislativa.
La revocación de mandato y la consulta popular, entendemos que son formas de democracia directa que buscan dar legitimidad a la permanencia del mandatario, una buena propuesta en el intervalo del gobierno y puesto que es solicitada por la ciudadanía, pero en un sistema presidencial no hace mucho sentido la revocación de mandato, porque las fechas de término están fijas y son inamovibles, adelantar unos cuantos meses la salida de un mal gobernante puede tener consigo estabilidad política y económica.
En México las reformas político-electorales, parecen apuestas de costumbre, que en lugar de generar progreso,solo denosta el derrotero de misma, ellas solo quedan en un papel de buenas intenciones, en ocasiones, no es por la simple la búsqueda de urgencias, pero sí que se vaya fijando el proceso de la misma.
De acá, de retomar la figura conceptual del presidencialismo mexicano, es que denota hoy día, como el verdadero obstáculo para avanzar en un verdadero estado de derecho,que genere una efectiva transformación nacional, apelar a la máxima, de que el gobierno no debe ser juez y parte, en ese entendido, veremos que no hay retroceso, como cuando aquel partido hegemónico dirigía los destinos de nuestro país.