Preservar y rescatar el consumo del mezquite en las comunidades indígenas yoremes, es uno de los objetivos a alcanzar con el proyecto “Mezquite: un recurso para mejorar de manera sostenible el bienestar social, cultural y económico en las zonas áridas y semiáridas de Sinaloa México”, estudio que lleva a cabo el investigador universitario Omar Mancera González.
El docente de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), informó que este proyecto financiado por el Consejo Británico, consiste en fomentar la preservación del árbol del mezquite a partir de los usos alimenticios que hace décadas le daban los pobladores de las comunidades indígenas ubicadas al norte del estado de Sinaloa.
“El proyecto del mezquite tiene dos aristas: una es promover la preservación del árbol del mezquite y la otra tiene que ver con el patrimonio biocultural de las comunidades, el uso comestible que tiene la vaina y la goma. Se está trabajando actualmente en las comunidades indígenas yoremes del norte del estado, particularmente en Capomos y en El Parnaso en el municipio de El Fuerte”, detalló.
Explicó que el árbol del mezquite es una rica fuente de nutrientes que hace años era empleado para la elaboración de diversos alimentos y bebidas e incluso se aprovechaba la goma que producía el mismo para masticarla como si fuera chicle.
Sin embargo, dijo, en la actualidad las comunidades que conocían de los beneficios y usos de este árbol, poco a poco perdieron el interés por este al introducirse al mercado las bebidas y harinas industrializadas.
“Que no se corte, porque generalmente se corta para hacerlo leña porque dicen que es muy efectiva para hacer carbón, entonces, que no se corte, que se colecte la vaina y se empiece a procesar, retomar ese conocimiento ancestral porque no estamos innovando, sino que únicamente estamos rescatando este conocimiento que tenían estas comunidades indígenas yoremes y que empiecen a consumir otra vez la vaina”, indicó.
El especialista en Estudios Migratorios, señaló que se hizo un diagnóstico en la zona para identificar la disposición del mezquite, etapa en la que también se enviaron muestras de la vaina producida por el árbol a Nottingham, Inglaterra, en donde realizarán estudios nutricionales y antinutricionales con pollos para determinar su potencial.
Asimismo, comentó que se encuentran en la fase de instalar una cocina en la comunidad de Capomos en El Fuerte, la cual contará con todos los elementos para llevar a cabo el procesamiento de la vaina y convertirla en producto alimenticio, para ello, se capacitó a los habitantes de la zona.
“Vino personal del CIIDIR de Durango, vinieron biólogos, a capacitar a la población de Capomos y de El Parnaso para enseñarles a colectar la vaina, también vendrá personal académico de la Universidad Tecnológica de San Luis Río Colorado y nosotros de la UAS para enseñarles a procesar la vaina, es decir, cómo se debe deshidratar, seleccionar, moler y posteriormente convertirla en productos alimenticios”, declaró.
De igual manera, mencionó que el proyecto lleva alrededor de un año y que este ya ha sido aplicado con gran éxito en comunidades de África, Europa y México específicamente en Durango, en donde los propios habitantes conformaron sociedades cooperativas para comercializar el producto fabricado a partir de la vaina del mezquite.
En ese sentido, externó que se espera el mismo éxito del proyecto en las comunidades de Sinaloa, en la idea de que puedan ver al árbol del mezquite como fuente de alimento y de ingreso económico.
“Una segunda instancia del proyecto sería ayudarlos a conformar sociedades cooperativas en Capomos y en El Parnaso para que con la colaboración de las personas puedan armar sus propias empresas cooperativas y comercializar la harina, no a nivel medio industrial, pero sí por lo menos en mercados locales y que la gente tenga un ingreso más, afortunadamente hemos tenido muy buena respuesta, como hay mucho mezquite en la zona mayo yoreme de El Fuerte hay recurso disponible, entonces vamos a preservarlo para que no se tale y al mismo tiempo ayudar a las comunidades”, manifestó.
El investigador universitario, destacó que dicha investigación se desarrolla de manera interinstitucional ya que en el estudio participan universidades de tres continentes, siendo la Casa Rosalina la líder del proyecto en la región.