La pandemia no ha terminado y, de nuevo, estamos una situación de incertidumbre. El miedo está de regreso.
Tenemos un rebrote franco y generalizado en el país, pero algunos estados enfrentan la peor parte por el predominio de las dos variantes más peligrosas del Covid (Delta y Gamma), las más contagiosas, que producen infecciones más graves que el Covid que llegó de China.
La Delta invadió ya Sonora, Sinaloa (donde, paradójicamente, hace unos días estábamos en semáforo verde), BCS, CDMX, Yucatán, Quintana Roo, Edomex, Campeche y Nuevo León. El predominio de esta variante es tal que representa ya el 24% de los casos en Sinaloa y el 50% en BCS. La amenaza es real.
La información anterior fue proporcionada por Laurie Ann Ximénez Fyvie, Jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la UNAM en el programa Entrevista con Ortega de El Financiero Bloomberg.
Su visión contrasta con la narrativa oficialista, que minimiza lo que ocurre con el interés de cuidar la imagen pública de los gobernantes.
La científica, autora del libro ‘Un daño irreparable: la criminal gestión de la pandemia en México’, advierte que las acciones que llevaron a morir a 515 mil personas seguirán acumulando muertes. E insiste:  requerimos control de la propagación del virus, atención temprana de los enfermos y acelerar la vacunación para disminuir la pérdida de vidas.
Vivimos desde enero el segundo capítulo de la pandemia, después del inicio de las vacunas y los nuevos rebrotes, explica. En realidad, en México predominan ya las cuatro variantes más preocupantes del Covit, entre ellas la Gamma -la más complicada- que infecta a grupos de menor edad, aunque lo más grave es la dispersión de la variante Delta, según las advertencias del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica. Esta es la señal más preocupante.
El periodista Ortega expuso que los funcionarios minimizan la situación actual y pregunto ¿qué recomienda a la sociedad Laurie Ann Ximénez?
En primer lugar, la pandemia no ha terminado, dijo tajante.
Calificó que estos discursos son demagogicos, triunfalistas y han sido muy perjudiciales.
– Es muy lamentable que las autoridades malinformen con tal de cuidar su imagen. Mientras el virus original infecta (por cada paciente activo) a 2.5 personas, la variante Delta contagia a 8 más.
– Lo que tenemos que hacer es cuidarnos a toda costa porque la variante Delta está evadiendo la inmunidad que las personas adquieren cuando se infectan, e incluso burlado las pruebas de garganta.
-Si usted ya estuvo contagiado, no significa que no se podrá reinfectar, y lo mismo ocurre con las personas que tienen solo una dosis de vacuna. Estamos frente a una variante con virulencias adicionales que pueden provocar infecciones más agresivas que las que conocemos.
– Hay que cuidarnos del contagio a toda costa, sobre todo del que adquirimos por via áerea (el 99% de los casos). Un aspecto muy lamentable es la comunicación imprecisa de las autoridades, que han recomendado desinfectar superficies y hablan y hablan de esta cosa “ridícula” de los tapetes “sanitizantes”, de desinfectar espacios públicos y usar e túneles que no sirven para nada. El porcentaje de contagio por contacto es ridículo. El virus se tarnsmite 99% por vías respiratorias, asegura, a través de aerosoles que se quedan en el aire cuando la gente habla, grita, canta.
– La clave es el cubrebocas, y no cualquier cubrebocas. Hay que usar el KN95 u otros superiores. Cuando no tenemos de este tipo,  usemos cubrebocas de tela con triple capa de algodón, o doble cubrebocas tipo quirúrgico, perfectamente adosados al rostro, desde el puente de la nariz hasta la parte baja del mentón. De lo contrario, no sirven para nada.
– En segundo lugar, hay que evitar espacios cerrados (oficinas, restaurantes, autos cerrados y otros lugares) y abrir ventanas, con ventanas abiertas, estar en espacios exteriores y evitar aglomeraciones. El lavado de manos es un accesorio, aunque es una buena práctica. Pero las tres claves contra el Covid son el cubrebocas, evitar espacios cerrados y evitar aglomeraciones.
Hace unas semanas, en Sinaloa muchos creímos que al fin doblegábamos a la pandemia.
Cual carnaval, en las campañas políticas abandonamos los protocolos sanitarios y nos congregamos en multitudes frente a los candidatos. Retomamos los hábitos más inadecuados en nuestra vida diaria. Celebramos el supuesto descenso en el número de casos diarios. Cantamos victoria.
Hace unos días, un dato encendíó los focos rojos: súbitamente, la Secretaría de Salud anunció que en las 24 horas previas registró alrededor de 1,200 casos nuevos en Sinaloa, y más de 800 en Culiacán, con la explicación de que se trataba de registros no subidos a la plataforma en los tres meses previos. Es decir,  curiosamente, durante las campañas.
Luego se precipitó lo que ya sabemos: aumentó la demanda de camas de hospital y presenciamos de nuevo la infección de más y más amigos y conocidos con quienes ya brindábamos. Fue un error.