Un deterioro físico y emocional producto del síndrome de carga, es el que experimentan los padres y madres de familia ante la noticia de que un hijo ha sido diagnosticado con cáncer, apuntó la psicóloga universitaria, Nuvia Fabiola Núñez Chaidez.

La docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), explicó que ninguna persona está preparada para afrontar que un hijo padezca tal enfermedad, reaccionando ante la situación con sentimientos de culpa, angustia, ansiedad, incertidumbre, estrés y demás emociones, que en su conjunto se les conoce como síndrome de carga.

“El síndrome de carga es todo aquel conjunto de reacciones emocionales que puede tener el ser humano y resultan de una perturbación de la vida emocional, social, financiera, física y espiritual que un cuidador tiene a causa de la carga de la atención de otra persona”, expuso.

Y es que dijo, tras el diagnóstico, los padres o cuidadores primarios ven irrumpida su vida cotidiana, centrando toda su atención en el bienestar y cuidado del pequeño, llegando a descuidar su propia salud física y emocional, sin contemplar que el bienestar propio es indispensable para poder sobrellevar la enfermedad del pequeño.

En ese sentido, mencionó que los padres empiezan a modificar sus horas de sueño, de alimentación, tienen abandono de su higiene personal, caen en aislamiento social, sufren de depresión, estrés, entre otros sentimientos, emociones y trastornos, resultado de la carga que genera el estar al cuidado de una persona con cáncer.

“Una de las cosas que son necesarias para que el padre o la madre de familia puede tener un avance no solo con su hijo sino con su persona, son el dote de recursos físicos y emocionales. Nuestro cuerpo necesita tener un balance. Si la madre o padre de familia no duerme bien, no se alimenta bien, no tiene las horas de descanso adecuadas, por supuesto que va a haber un deterioro en la cuestión física y emocional”, indicó.

En este aspecto, la psicóloga, manifestó la importancia de encender los focos de alerta y atender de manera oportuna estos síntomas que indican que algo no está bien, recomendando perder el miedo a pedir ayuda y a tomarse lapsos de respiro y descanso.

Asimismo, señaló que estrategias como el mantenerse optimistas, el familiarizarse con el tratamiento que recibirá el hijo y el hablar con otros padres con niños con cáncer, les será de gran ayuda para reducir los síntomas y afrontar de mejor manera la enfermedad.

“En necesario que un familiar que esté pasando por una característica de este tipo es importante que reciba atención psicológica él y su familiar. Lo otro que sugiero, es promover conductas de autocuidado en los cuidadores primarios; es importante que el cuidador primario sea atendido”, enfatizó.

Núñez Chaidez, lamentó que el trabajo que realiza el cuidador primario sea poco valorado y que no haya programas que brinden apoyo integral a estos, puntualizando que la mayoría de las veces son las madres de familia las que se encuentran al frente de la atención del enfermo.