¿Feliz Año Nuevo? Claro que sí. ¿Gracias, 2020? Por qué no.
En realidad, la Tierra iniciará el 1 de enero una nueva vuelta al Sol, como lo ha hecho durante miles de millones de años.
Se trata de un movimiento ajeno a la voluntad del ser humano y  al significado que demos en lo personal o lo colectivo a cada una de estas fases.
Inexorablemente, la Tierra cumplió e iniciará nuevamente el ciclo ordenado desde el principio de los tiempos, lo que para nuestro planeta representa la preservación de su propia vida… y de la nuestra.
Así sucedió de nuevo durante el 2020 que termina, cuando la órbita celeste garantizó la repetición de las estaciones del año y propició un balance perfecto del clima y de las condiciones que permiten el milagro de la vida.
Sin embargo, con base en nuestros  sistemas de pensamientos y creencias, otorgamos a cada año -o mes, o día- un valor o un significado determinado.
Así, para muchos, el 2020 fue “aciago”, “desafortunado”, “infeliz” o “infausto”.
La Pandemia del virus Covid-19, causante de enfermedades y de la pérdida de muchas vidas, marcó al 2020 como un tiempo desgraciado, lo que empaña la vista completa del año que terminará el día 31 de diciembre.
Si bien durante el 2020 murieron por Covid en México 125 mil personas, también un millón 60 mil pacientes fueron dados de alta, y se calcula que nacieron 2 millones 90 mil niños y niñas (entre ellas una nieta bellísima de quien escribe, lo que representa un canto hermoso a la vida…  ¡en pleno 2020!).
Pero conviene recordar además que no requerimos esperar el inicio de cada año para agradecer nuestra existencia y forjar nuevos propósitos.
Cada mañana podemos ver que la vida sigue su curso y crear nuevos sueños, sin importar nuestras deudas o dolores del pasado.
Cada amanecer (será nuestra soberana decisión) podemos elegir entre lamentarnos o empezar de nuevo.
De nadie más dependerá, sino de cada uno, abrir los ojos y bendecir, o maldecir; reír, o llorar; postrarnos por miedo, o iniciar una vez más nuestra lucha, e intentar hacer -incluso- hasta lo que nunca nos atrevimos.
Quizá conviene dejar de fragmentar y clasificar nuestra propia vida por años o eventos felices o desgraciados, y recordar que la vida real es este instante mismo que te pertenece y puedes compartir con otros.
Mientras, nuestros mejores deseos para todos y feliz año nuevo 2021.