La corrupción es mal que mata, y el Estado Mexicano se ha convertido en un Estado corrupto, que ante la exigencia de la ciudadanía de mayor transparencia, únicamente aumentó la creación de los órganos internos de control con más ganas de simular que de prevenir y castigar la corrupción, afirmó la diputada morenista Cecilia Covarrubias González, presidenta de la Comisión de Transparencia, Anticorrupción y Participación Ciudadana en el Congreso del Estado.
Manifestó en tribuna que la opinión generalizada sobre los sistemas anticorrupción y los órganos internos de control es que fueron inventados para abultar las nóminas gubernamentales sin dar respuestas a la ciudadanía y sin conocerse ningún caso de éxito.
En el caso particular de Sinaloa, la diputada morenista lamentó que el último informe nacional del Gobierno de México ubique a Sinaloa entre los cinco estados que no reportaron sanciones a funcionarios corruptos, lo que no significa que no existan casos, solo demuestra la ineficacia del Sistema Estatal Anticorrupción, que fue creado con órganos de control débiles, sin dientes, destinados a la intrascendencia.
Aclaró que no está en contra de su existencia, sino del diseño que no ha permitido que se cumpla a cabalidad su objetivo que es vigilar y sancionar cuando existan casos de corrupción.
“Los diagnósticos conocidos consideran que el actual Sistema Estatal Anticorrupción no funciona, que es opaco, que no garantiza una coordinación eficaz entre los entes que lo conforman, que es un traje a la medida, es decir, que ha sido diseñado precisamente para que no funcione, es decir, no para prevenir ni castigar la corrupción, particularmente sus órganos internos de control”, aseveró la legisladora.
En ese sentido, dijo, corresponde a esta LXIII Legislatura reformar al Sistema Estatal Anticorrupción para convertirlo en un mecanismo de prevención y combate a la corrupción eficaz.