México podría cerrar diciembre con 38 mil homicidios, lo que hará al 2019 el año más violento en más de dos décadas a causa de altos niveles de impunidad, pero también del contrabando de armas de fuego cada vez más potentes y más letales desde EU.
Desde siempre, el gobierno de EU acusa a México por el auge del narco y los daños en la salud de millones de adictos a las drogas; repudia la violencia que ocurre en México y ahora pretende designar a los narcos mexicanos como terroristas, pero no se ven la cola, como decimos coloquialmente: las armas se fabrican allá y cruzan sin dificultades la frontera mexicana. México pone los muertos.
Detrás de esta violencia existe un mercado negro de 100 millones de dólares en el tráfico de armas, según el investigador de la University College de Londres, David Pérez Esparza.
Los autores de ‘Beyond Our Borders’, un informe del Center for American Progress -organización dedicada a la investigación y defensa de políticas públicas en EU-, con acceso a datos de la Agencia Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, revelan que entre 2011 y 2016 al menos 106 mil armas fabricadas en su país estuvieron vinculadas con actividades delictivas en México. De esa cifra, 74 mil 200 fueron compradas legalmente en EU, pero 213 mil entran ilegalmente a nuestro país anualmente.
El presidente Donald Trump, ahora, pretende designar a los narcos mexicanos como terroristas, pero sólo ve la viga en el ojo ajeno.
Chelsea Parsons, coautora del reporte ‘Beyond Our Borders’, advierte:
“EU tiene la obligación moral de mitigar su participación en el incremento de la violencia letal en el extranjero. Aunque existen muchos factores exclusivos de cada nación que afectan las tasas de delitos violentos, EU podría hacer más para reducir los riesgos que plantean las armas de fuego estadounidenses que cruzan la frontera y que se usan para perpetrar delitos en los países cercanos”.
“Las autoridades estadounidenses siempre denuncian el flujo de drogas provenientes de México, pero casi no se habla del flujo de armas estadounidenses que favorece la violencia y el dominio de las estructuras delictivas en México”, explica Eugenio Weigend, otro de los investigadores del estudio. “En el tema de las armas la responsabilidad recae principalmente en Estados Unidos porque de ahí vienen, ahí se producen”.
El reporte señala que entre 2014 y 2016 más de 33 mil armas de fuego estadounidenses fueron aseguradas en México, más que el número de armas recuperadas durante ese periodo en EU, exceptuando California, Florida y Texas; el uso de armas de fuego durante los robos violentos, también, aumenta. En 2005, el 58% de los robos se cometieron con armas de fuego, pero en 2017 la cifra aumentó a 68%.
México alcanzará este año su nivel más alto de homicidios y la facilidad para portar armas cada vez más potentes es un factor clave para ello. En 1997, el 15% de los homicidios en México fueron cometidos con armas de fuego, y tal porcentaje aumentó hasta el 66% el año pasado.
MÉXICO NO ESTÁ EN GUERRA, PERO PARECE…
The NYT publicó el caso de José Antonio Tizapa, padre de Jorge Antonio Tizapa Legideño, uno de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa en 2014, quien sigue en la búsqueda de respuestas, pero le cuesta creer que después de tantos años no se sepa aún qué pasó con su hijo.
Recuerda con amargura: “Las armas usadas en la desaparición de nuestros hijos, sobre todo las de los policías municipales, a través de la Sedena, son fabricadas en Estados Unidos. Y es probable que las usadas por los delincuentes también”.
Tizapa vive hoy en EU. Se ha convertido en un observador distante de lo que ocurre en su país: “México no está en guerra, pero el gobierno parece que se está preparando para eso y la mayoría de los mexicanos no lo sabemos. Hay muchas armas, tanto legales como ilegales, y ambas nos están desapareciendo”.
El experto en seguridad estima Alejandro Hope estima que este año cerrará con entre 37 y 38 mil muertesviolentas. Mientras, 79 mil 820 elementos de la Guardia Nacional, concentrados en 150 coordinaciones regionales, vigilan el territorio nacional, pero la ola violenta no cesa.
El contrabando de armas, por cierto, aumenta.