El Ejército, la Policía Judicial Federal y el gobierno estatal ejecutaron en los 70 una de las acciones militares más cruentas contra miles habitantes de los altos y de otras zonas: la Operación Cóndor, Fue un ejercicio arduo, de cuyas acciones los más marginados resintieron las peores pérdidas.

La Cóndor  fue similar a la guerra de Felipe Calderón contra el narco, en la que miles de personas murieron. Solicitada por el gobernador Alfonso G. Calderón,  satisfizo una presión que desde los años 30 ejercía el gobierno de EU contra México.

Alrededor de 50 años después, aun desconocemos los logros, si acaso los hubo, y el saldo final,  pero los derechos humanos quedaron hechos trizas y la demanda de droga en EU crece.

UN RECUENTO MÍNIMO

El artículo “La Operación Cóndor, Recuento Mínimo”, publicado por NEXOS el 1 de mayo de 1978, nos remonta al primer tratado entre los gobiernos de México y EU para combatir al narco. La primera etapa consistió en un acuerdo (1930).

Luego, alarmados por el aumento de adictos a la heroína y cocaína en EU, ambos países acordaron en 1959 reforzar las acciones contra este flagelo. EU suministró “a menores costos” equipo aéreo y terrestre, armas para destruir plantíos, lo que constituyó la segunda etapa de esta campaña binacional (1959-1969).

Sin tregua, EU apretó medidas en sus garitas, puertos y aeropuertos y lanzó la “Operación Interceptación”, que dañó las relaciones diplomáticas y obligó a EU a cambiar “Interceptación” por “Cooperación” en 1969. Se abría la tercera etapa.

Durante 1974 y 1975 aumentó el decomiso de estupefacientes procedentes de México y América del Sur.  La droga inundaba las calles para cubrir la demanda de los 500 mil adictos de ese país.

El presidente Gerald Ford pidió analizar “omnicompresivamente” la situación y resultó de ello el informe ‘White Paper on Drug Abuse’, que llevó a Ford a ver el problema desde una perspectiva mundial (cuarta etapa).

En 1975, tras una reunión secreta entre el Procurador General Pedro Ojeda Paullada y Sheldon Vance, asesor del Departamento de Estado y coordinador de Asuntos Internacionales de Narcóticos, se informó a EU el inicio de la Operación Cóndor con el uso de armas y herbicidas. Las acciones se concentraron en Sinaloa y montañas de Chihuahua, Durango y Sonora.

La PGR sumó 200 hombres a los 330 que había ya en la PJF. Destinó 120 pilotos de helicópteros, 39 aviones e implantó un sistema de comunicaciones aire- tierra. Fijó –como ahora- retenes en carreteras, prestó 13 helicópteros tipo Bell 212 para 15 personas armadas cada uno, 14 helicópteros más de 4 plazas, 7 aviones Cessna 185 y 3 aviones que fotografiaban una superficie de 625 KM2 cada día para localizar plantíos.

Según los datos oficiales, se destruyeron en la zona más de 65 mil plantíos de amapola y más de 46 tons de mariguana; 5 tons de goma de opio, un mil 142 kgs de heroína, 76 mil 898 de morfina, un mil 180 de coca, un mil 100 de hachis y más de 92 millones de pastillas psicotrópicas; además, 3 mil tons 152 mil kgs de mariguana seca y se detuvo a más de 18 mil personas.   El valor de la droga decomisada llegó a 200 mil millones de pesos, según estimó la SEDENA.

“UN PROBLEMA ESENCIALMENTE NORTEAMERICANO”: Joseph John Jova

Pero la campaña no consideró que “este es un problema esencialmente norteamericano, que trajo a México prostitución, mafias y un creciente uso de drogas”, censuró el 21 de marzo de 1976 el Embajador de EU en México, Joseph John Jova.

La Cóndor “pretende que sólo con las repetidas destrucciones de los plantíos los cultivadores llegarán a convencerse de que no podrán lograr sus cosechas y abandonarán su actividad ilícita”, dijo. Y no ocurrió así, como predijo.

Medio siglo después, en los altos persiste una marginación muy alta y no hay esperanza. Las alternativas de ingresos aún son la siembra de marihuana y amapola, y el destino del producto es EU, además de un mercado alterno en franco crecimiento: el de los adictos mexicanos.