En el marco de la realización del foro “La Participación de la Mujer a 66 años del Voto Femenino”, la presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Graciela Domínguez Nava consideró que si bien se vive una realidad política distinta en los tiempos modernos, aún existen retos que atender en el tema de la paridad política, pero sobre todo en la igualdad social.
El evento organizado por el Congreso del Estado, se distinguió con la presencia de la Senadora Martha Lucía Micher Camarena, la Maestra Mónica Areli Soto Fregoso, la maestra Dania Paola Ravel Cuevas, y la Dra. Gloria Ramírez Hernández en calidad de ponentes.
Igualmente estuvieron presentes el magistrado presidente del Poder Judicial de Sinaloa, Enrique Inzunza Cazarez, la senadora Imelda Castro Castro, el secrtario general del Gobierno del Estado Gonzalo Gómez Flores en representación del ciudadano gobernador del estado y la maestra Karla Gabriela Peraza Zazueta, consejera presidenta del Instituto Electoral del Estado de Sinaloa.
En su participación, Domínguez Nava consideró que los sesenta y seis años de historia del voto como derecho constitucional de la mujer mexicana no se reducen estrictamente al sufragio, su centro son los derechos de la mujer.
“En cualquier lugar del mundo la lucha por el derecho al sufragio femenino se asocia a la lucha de las mujeres por sus condiciones laborales y de sus derechos sociales en general. Por supuesto que la discriminación de la mujer, de negarle capacidades intelectuales y políticas, y por ende, negarle derechos políticos, es una sacrificada historia que resulta de las relaciones sociales según los tiempos históricos. El machismo y la discriminación no son producto de acciones aisladas de hombres contra la mujer, son resultado de determinados contextos sociales y políticos”, apuntó la morenista.
Recordó la participación de las mujeres en la formación y conformación democrática del estado a través de la historia universal, destacando para la ocasión, la lucha de Hermila Galindo y Elvia Carrillo Puerto entre muchas mujeres más, en aras del voto femenino hasta la publicación de la reforma al artículo 34 de la Constitución General de la República, el 17 de octubre de 1953.
“Es una historia con sabor a la calle, es decir, el derecho al voto femenino se generó en la lucha social y política, y no en el Congreso de la Unión, sin negar la importancia que este lo haya formalizado en ley; esto es importante para que aprendamos de la historia y sepamos ponderar políticamente lo que hoy tenemos. Especialmente vale que lo sepan y asuman quienes gozamos de representaciones producto de las urnas, resultado de la historia tan llena de sacrificios y esperanzas. De nosotras depende hacer realidad los sueños y utopías de aquellas grandes mujeres”, expuso la legisladora morenista.
Observó que México y Sinaloa han cambiado, los derechos políticos de las mujeres son una realidad que puede observarse. En el marco de la cuarta transformación de la vida pública del país, el Congreso de la Unión se ha caracterizado por abrazar el concepto de paridad en la representación política. En Sinaloa se sigue la misma línea al ejercer el concepto de la paridad con una representación del 47.5 % de mujeres diputadas y un 52.5 % de hombres.
“Vale traer aquí la composición de los otros poderes e instituciones del Estado. En el poder judicial, el 45.5 % de las magistraturas son ocupadas por mujeres, el resto, el 52.5 % por hombres. El poder ejecutivo del estado, hay que decirlo claro, está rezagado negando la presencia de la mujer en la administración pública: de 14 secretarías del gobierno estatal, sólo una es ocupada por mujer, el resto, 13, son hombres. Es decir, la administración del poder ejecutivo se ejerce con el 92. 86 % de hombres, mientras las mujeres ocupan el 7.14 %. Reitero la verdad: sola una mujer ocupa cargo de primer nivel en el gobierno del estado. La voluntad política con perspectiva de género es necesaria”, acotó la Coordinadora de la bancada morenista.
Explicó que la importancia de la representación radica en transformar la realidad social y propiciar la igualdad no sólo jurídica sino también social para miles de mujeres en situaciones que requieren ser atendidas. Agregó que desde las representaciones políticas se debe pensar en las mujeres indígenas, las tepehuanas en el sur del estado, las mujeres de las muchas etnias que habitan el sur y centro de Sinaloa, las mujeres taramaris y mayos-yoremes del norte del estado; así como las mujeres jornaleras agrícolas, las trabajadoras urbanas, las amas de casa, las trabajadoras del hogar, las estudiantes, las maestras, las investigadoras y académicas, las empresarias, todas las mujeres.
“Diversos problemas específicos aquejan a la mujer sinaloense: la violencia en sus distintas manifestaciones, especialmente los femenicidios, las violaciones sexuales y agresiones físicas y psicológicas; la incidencia de cáncer de mama y cervico-uterino. En el Congreso de Sinaloa ya emprendimos acciones legislativas para que el Estado atienda estos problemas, y tenemos en la agenda reformas y leyes para generar las condiciones legales para la protección y seguridad de la mujer” indicó.
“Desde el Congreso del Estado, para el presupuesto de 2019, destinamos recursos para poner en operación el protocolo alba, y hasta hoy no ha sido aplicado. Inaceptable. El reto es mantener la paridad en la representación política y pasar a la igualdad social. Las mujeres somos las garantes del cambio verdadero para la cuarta transformación de la vida pública del país. Por las mujeres dadoras de vida, hagamos de la política una forma de amor al ser humano”, concluyó Domínguez Nava.