El Sabinito, El Fuerte, Sinaloa.- Alrededor de 300 familias de El Sabinito, La Tunita, Los Cochinitos, la presa de los Valdez, El Vado, El Mezquite y El Reparo, recibieron este día laminas, colchonetas, cobijas, enseres de limpieza, jabón, cubetas, escobas, despensas alimenticias, agua embotellada, hule negro, además de una brigada médica que atendió problemas de salpullido por la contaminación del agua, sinusitis, bronquitis y enfermedades cardiovasculares en adultos mayores.
La alcaldesa Nubia Ramos Carbajal lamentó que las autoridades del vecino estado de Sonora no hayan informado del peligro que representaban los tres represos que estaban construidos sobre el cauce del arroyo de Álamos que se reventaron con las intensas lluvias de la tormenta arrasando con viviendas, cultivos de frijol y maíz, ganado y utensilios de trabajo de los pescadores como pangas, redes de pesca etc.
“Es lamentable que no nos hayan dado ningún aviso que el arroyo de Álamos tenía en su cauce tres represos que podían reventarse, si nos hubieran avisado que se corría el riesgo de que se reventaran los tres represos al menos hubiéramos estado al pendiente, hubiéramos alertado a la gente, afortunadamente no hubo pérdida de vidas humanas que lamentar”. Señalo la alcaldesa Nubia Ramos Carbajal.
A la Presidente Municipal Nubia Ramos Carbajal la acompañaron dos brigadas del Ejercito Mexicano quienes realizaron tareas de limpieza, desmonte en la orilla del arroyo, desinfección de escuelas y casas de la salud además de dar auxilio a las familias a sacar las capas de lodo hasta de un metro de espesor que se acumularon al interior de las viviendas hasta de un metro de espesor.
Ramos Carbajal indicó que al mismo tiempo se levantó un censo registrando todos los daños que causo la contingencia, perdida de pangas, redes, cultivos en pie, ganado para ver qué tipo de apoyo se les va a gestionar particularmente a las familias que perdieron sus viviendas para que se les construya una nueva con los recursos del Fonden.
“Una yegua que arrastraba la corriente del arroyo pario encima del techo de mi casa” José Lorenzo Soto Anaya
Desde temprana hora del viernes 21 de septiembre las familias de El Sabinito, El Cochinito y El Reparo vivieron momentos de angustia al ver como la fuerte corriente de agua del arroyo de Álamos arrastraba dentro de su cauce; vacas, chivos, cerdos, gallinas y arboles enteros. José Lorenzo Soto Anaya relató que estaba dentro de su casa buscando sus documentos, cuando encontró la bolsa de plástico ya él le había llegado al pecho, apenas alcanzo a agarrar la bolsa cuando lo arrastro la corriente pero alcanzo a agarrarse de uno de los pilares, pudo salir porque recibió ayuda de los vecinos.
“El nivel del agua subió un metro sobre el techo de mi casa, y la corriente del arroyo traía una yegua que la pobre luchaba desesperada por salir, en su desesperación logro tocar el techo de mi casa y afianzarse y ahí pario a su cría, luego salió a la orilla con todo y cría”.
Por su parte Lilia Yolanda Chávez, técnica en enfermería a quien todos los vecinos conocen como “la mona” dijo que vivió momentos de desesperación cuando notaron que el nivel del agua estaba subiendo muy rápidamente y solo pensó en llevarse a los niños y a las personas de la tercera edad a la loma más alta del rancho.
“Lo único que pensé fue agarrar a todos los niños y a las personas de la tercera edad para llevarlos a la loma, les dije que agarraran sus documentos nada más antes de que se nos viniera el agua encima, estábamos en la loma viendo como el agua acababa con las siembras de maíz y frijol, y vimos como el agua estaba rodeándonos, sentí algo muy feo, yo si le agradezco a Nubia Ramos porque está aquí con nosotros y nos va a ayudar porque ya no tenemos nada, lo perdimos todo, pero gracias a Dios aquí estamos con vida”.
Finalmente José Antonio Camargo relató que el jueves 20 de septiembre los habitantes de El Sabinito veían con normalidad como crecía el arroyo pero fue hasta el viernes 21 cuando ya empezaron a sentir miedo porque el nivel del agua empezó a subir desproporcionadamente “Nos encomendamos a Dios porque ya no nos quedaba de otra al ver como desaparecían las casas debajo del agua, yo quería limpiar la escuela para irme a meter ahí pero ya ve, Dios me mando |a los soldados para que me la limpien”.