Con facilidad, Ricardo Anaya pasó por encima de otros panistas y se hizo de la candidatura. Con el apoyo del PAN, PRD y MC, disputa al PRI el segundo sitio en la preferencia del electorado, pero…
Pero la carrera no es fácil, y menos cuando frente a él aparecen nubarrones de una tormenta que parece perfecta.
El affaire en torno a Anaya produce estridencia, al grado de hablarse en diversos medios hasta de su reemplazo como candidato.
Para colmo, un hombre más salinista que el propio Salinas, Diego Fernández de Ceballos, sentenció que a Anaya sólo podrán despojarlo de la candidatura matándolo, como sucedió lo hicieron con Luis Donaldo Colosio.
Al escándalo que publican las redes y los medios tradicionales sobre el candidato, a quien sus adversarios acusan de lavado de dinero, se suma la propia PGR, que confirmó que existe una carpeta de investigación en su contra.
¿Qué hizo Anaya para ser el blanco de esta andanada de golpes políticos severos?
Fue acusado de ser parte de un esquema financiero que utilizó para lavar dinero.
Según la información, en 2014, siendo diputado federal, compró un terreno en 10 millones de pesos a su amigo Manuel Barreiro, el cual fue vendido dos años después en 54 millones.
En aquel tiempo, Anaya asentó en su declaración 3 de 3 que ganaba 90 mil pesos mensuales, sin ofrecer una explicación sobre cómo reunió 10 millones para hacer tal adquisición.
Anaya ha dicho que hipotecó su casa, mas no ha mostrado documentación bancaria que acredite tal operación.
Tales deficiencias en su autodefensa robustecen las acusaciones de sus enemigos en el sentido de que aprovechó su liderazgo en el PAN para construir una estructura financiera ilícita, tal como lo han ventilado personas que fueron empleados de Barreiro y de Anaya.
Estos ex colaboradores han contado que el candidato y Barreiro hicieron una triangulación financiera y aprovecharon paraísos fiscales para ocultar el dinero ilícito con que operaban a través de empresas calificadas por el SAT como fantasmas, entre ellas ‘Manhattan Mastyer Plan , creada con un capital social de 10 mil pesos, que a los 5 días de creada obtuvo un crédito por 54 millones de para comprar la nave industrial propiedad de Anaya.
De ser cierta la información que circula, Anaya está inmerso en una bronca mayor, de la cual sólo podrá librarse mediante una defensa sólida. No bastará con responder que existe un complot del sistema en su contra.
Pero la propia PGR y el SAT, para comprobar el supuesto lavado de dinero, deberán integrar una carpeta de investigación impecable, que no deje duda alguna sobre estas acusaciones.
Hay quienes asemejan la situación de Anaya con una tormenta no esperada, que arrecia con la inminente aparición-por si fuera poco- de Margarita Zavala en las boletas por la vía independiente como la candidata esperada por un segmento importante del panismo, que seguramente dará sus votos a la esposa de Felipe Calderón Hinojosa.
Es obvio que en el PRD y el MC hay incomodidad y preocupación por el caso.
Su candidato ha sido ‘tocado’, aunque es temprano para calcular el impacto del escándalo en las votaciones.
La PGR investiga a Anaya desde octubre del año pasado por su posible participación en triangulaciones para aparentar compraventa de inmuebles, en las que también está involucrado el empresario Manuel Barreiro.
La investigación inmiscuye a una empresa propiedad de la familia de Anaya, llamada Junisierra, así como a dos testigos protegidos cuyas declaraciones forman parte primordial de las investigaciones.
Margarita. Zavala, en un twit, comentó: “No deja de sorprender que Ricardo Anaya, un hombre de 39 años y que solamente se ha dedicado al servicio público, tenga que explicar el origen de 54 millones de pesos. Por eso el desprecio ciudadano a la clase política”.
¿De qué habla? De que lo sabe, lo sabe.