El video trasmitido en las redes sociales que mostró cómo se apagaba la vida de un joven acribillado, y cómo, de entre el tumulto de curiosos, irrumpió en la escena el ejecutor del atentado para disparar de nuevo sobre la víctima, sacudió la conciencia de más de cuatro.

Digamos que la historia ocurrió en Culiacán, pero lamentablemente representa el pan diario en muchos lugares de México.

Lo deseable es no hacer eco de este tipo de publicaciones, ni reproducirlas, pues pareciera que esto empeora la atmósfera de temor que de por sí rodea la ciudad y a sus habitantes.

Sin embargo, esta parece una buena hora para ver este asunto de otra manera y empezar a hacer algo inteligente para que esto ya no sea el signo o el significado de nuestra ciudad.

Hay elementos para presumir que la apología del narco o de la delincuencia organizada beneficia sólo a la industria del sicariato  y que su efecto principal es acentuar el miedo de la sociedad y su inacción.

Es cierto que resulta ocioso pretender  juzgar a quien subió este material porque quizá ni él conoce sus motivos (y menos nosotros). Quizá fue el impulso de convertirse en protagonista de un video viral y ganar fama o la primicia, o posiblemente fue un acto insensato o impensado. Sabrá Dios.

El suceso deja mal sabor de boca y ocurrió justo cuando un grupo de ciudadanos,  entre ellos varios periodistas, recibía la propuesta de participar en una gran cruzada con el objetivo de desarticular el lenguaje de guerra que empleamos algunos y, ¿por qué no?, de desarmar las palabras para que ahora hablemos de paz y concordia.

La meta de tal convocatoria es provocar un cambio social y el término de una confrontación que debe terminar.

El grupo de ciudadanos referido antes participó en un taller denominado Estrategias  de Comunicación  y Responsabilidad  Social Para la Paz impartido por el doctor Antonio Roveda, asesor en temas de Equidad e Igualdad para la Unión Europea y la UNESCO, periodista y testigo del proceso de acuerdo de pacificación del gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Ante ellos, Roveda describió la situación que padeció durante décadas el pueblo colombiano, atrapado en una guerra del gobierno federal y el ejército contra las FARC y los carteles del narcotráfico aliados a ésta, la cual se prolongó durante décadas y dejó saldos terribles.

Sólo en cinco años, recordó, 280 periodistas fueron asesinados. Pero todos los periodistas estaban amenazados.

Roveda subrayó algunas similitudes entre el fenómeno del narco en su país y en México, particularmente en Sinaloa, aunque con algunas diferencias importantes.

En Colombia, la actividad del narcotráfico se concentró principalmente en la sierra y en convivencia con la guerrilla, mientras en Sinaloa el  fenómeno domina las ciudades y lo rural, lo que implica que al lado de cualquier vecino pueda vivir alguien dedicado a esas actividades.

La convocatoria de Roveda implica multiplicar el número de personas interesados en sumarse a la cruzada y reproducir el llamado a través de talleres con vecinos, cámaras, universidades, periodistas y ciudadanos en general.

Para lograr la paz se requiere fortalecer la resiliencia y divulgar y aprender el significado del término; aplicar métodos de diagnóstico, hablar de paz, de acuerdos, ocupar los espacios públicos, así como construir laboratorios sociales y matrices que generen ideas, tácticas, posicionamientos y propuestas de paz.

El experto emitió un llamado urgente a dejar de ver y combatir el problema del narco y sus efectos con las armas y como un conflicto o un asunto local, propio de Sinaloa.

Se trata de un fenómeno  que es consecuencia del mercado mundial de las drogas. El problema de narcotráfico de Culiacán y de Sinaloa es un problema regional, nacional, continental y mundial, explicó.

Para evitar lo peor: que Sinaloa se convierta ‘en el Vietnam del siglo XXI´, deberemos entender que este es un conflicto global, no sólo nuestro, y colocar la discusión en ese escenario, propuso.

Por lo pronto, decenas de ciudadanos ocurrieron a un taller rico en propuestas que podría ser la simiente para generar el cambio social que deseamos muchos y el fin de una guerra insensata.

¿Quiénes son? Participaron en el taller mencionado miembros o representantes de las siguientes  instituciones, empresas, universidades, medios de comunicación, asociaciones y grupos de ciudadanos: Construyendo Paz, Compañía de Paz, Junta de Asistencia Privada, AccionARSE, Instituto Municipal de Planeación Urbana (IMPLAN), Suma Sociedad Unida IAP, Asociación de Comunicadoras de Sinaloa, Díocesis de Culiacán, Ismujeres, Uni2, Club Rotaract, STIRT, Sedeco, U.de O, RSN, Revista Espejo, Congreso del Estado de Sinaloa, Radio Sinaloa, Tus buenas Noticas, Revista Transporta, Maz industrial, Issstesin, GC1, Féminas Magazine, Maxi Radio- Megamedios, Mi Ciudad, Ayuntamiento de Culiacán, ITESEM, TV Azteca y Mapasin, quienes representan a una sociedad civil cada día más activa y consciente de sus deberes ciudadanos.

El Dr Antonio Roveda de Hoyos es miembro del Consejo de Educación para la Paz de la Unión Europea;   consejal de la Unesco para el tema de Equidad y Género;  académico-director de varios proyectos del sector privado; periodista de El Espectador; director del Observatorio  Nacional  de Televisión y Defensor  del Televidente;  director  del programa de televisión  Diálogo Mayor; miembro de diversos comité científicos de revistas académicas de Colombia.